No hay llegada al consciente sin dolor- Carl Gustav Jung

domingo, mayo 16

Sentimiento de eternidad.


Es una búsqueda bastante frustrante al menos para mí, comprendo parcialmente que las cosas no son lo que parecen; no debe ser estresante, es un viaje hermoso por el interior del alma humana. ¿Qué tiene eso de malo? Pero me produce mucha ansiedad, pienso que es más que nada por la falta de resultados, sí, me encuentro en un periodo de letargo infructífero pero aun así gran parte de mis días están plagados por esa búsqueda, quizás no podría decir que es un letargo, sino más bien un abrir de ojos hacía el exterior, porque después de todo, nuestros actos son ecos de nuestra inmensidad inconsciente.


Por ello me encuentro en un periodo de cambio conductual, una catarsis mental en la cual me observo como rata de laboratorio e intento modificar conductas, pensamientos y actitudes que resultan dañinas para mí y para mis semejantes (con semejantes me refiero a las personas que confieren un impacto directo a mí persona) aun así prevalece la idea de muerte, el ego debe morir ¿realmente debe morir? Alejandro Jodorowsky dijo que no, no hay necesidad de matar al ego, supongo que tiene razón en ese punto, no matarlo sino domarlo, entenderlo, educarlo como al “niño malcriado” que es. Que si bien me considero una persona guiada explícitamente por las necesidades de un ego (ignorando el sentido psicoanalítico de la palabra), he de aceptar que he alcanzado alguna suerte de autocontrol con respecto a este, pero esto me crea ansiedad (ahora si, psicoanalíticamente hablando) talvez no en un sentido estrictamente neurótico, pero que sin duda en algún momento podría traerme alguna clase de neurosis “nueva”.


Pero bien, recordando lo dicho por Carl Jung, la neurosis es una oportunidad de cambio mediante la cual nos vemos obligados a lidiar con un problema en cuestión, en pocas palabras “domar el ego”, talvez la respuesta de todo no se encuentra viajando al inconsciente y perdiéndonos entre visiones simbólicas surgidas de las influencias recibidas por factores desconocidos por este ignorante bloggero. Pero es cierto que la práctica “exterior” que ahora me encuentro realizando ha dado frutos agradables, me he vuelto más sociable definitivamente y he aprendido a aceptar mis fallos como ser humano, para en algún momento trabajar sobre ello. La muerte del ego, la disolución de este en el mar del Brahman resulta una idea tentadora, claro, camino de sacrificios, pero pienso que es ignorar en cierta forma los problemas que nuestra conducta causa, talvez para lograr una disolución del ego es necesario entenderlo y observarlo, corregirlo, quererlo, domarlo y entonces abrirlo al “Gran Misterio”, bueno pues, esta es mi labor actual, el sentimiento de eternidad, recuperar la conexión no solo con lo espiritual sino con una parte aun más primitiva, el amor al ser humano.


Somos animales hechos de sentimientos profundos negarlos, es la muerte, es ser domado por una arrogancia que no se encontraba en nuestros seres originalmente, no hablo de una regresión a un estado primitivo, hablo de rescatar algo que hemos olvidado; compasión, benevolencia, miedo respetuoso, cariño tierno, amistad real. Esa es mi nueva búsqueda terrenal, mientras la espiritual se encuentra en pausa.


Ave Deus Sol Invictus!

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